Como era de esperar, la situación actual está siendo aprovechada por algunos clientes para demorar sus obligaciones de pago amparándose en la tan cacareada crisis.
Son muchos los morosos que argumentan problemas de liquidez derivados de la crisis para retrasar sus pagos. Pero no todos son sinceros; en muchas ocasiones se trata de una mera estrategia, algo así como "si aquí no paga nadie yo tampoco".
Lo llamativo es comprobar como la propia Administración se está beneficiando también de este escenario para retrasar aún más la liquidación de sus cuentas pendientes.
Como publica el diario Expansión, este comportamiento no está siendo del todo ejemplar en plena crisis y puede, en algunos casos, poner en peligro la supervivencia de aquellas empresas que se encuentran en un momento especialmene delicado.
No parece lógico que mientras el gobierno pone en marcha medidas económicas destinadas a generar empleo y lo hace precisamente inyectando una importante partida a los Ayuntamientos para contratar obra pública, las administraciones continuen retrasando lo pagos a empresas constructoras que se encuentran inmersas en procedimientos concursales.
En un momento como este, en que se está pidiendo un esfuerzo a todos los sectores de la economía, la administración debería de ser muy escrupulosa en su forma de proceder. De no ser así, la cadena de impagados continuará creciendo y generando problemas de solvencia que agudicen cada día mas la sensación de crisis y de desconfianza.
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